Rincón de Julio

UNA CARTA CON UN ORIGEN “LA MAR” DE CURIOSO.

Dentro de la Filatelia y en cada época han existido pequeñas modas dentro del común discurrir de nuestra afición que sobresalen en unos momentos para disiparse en otros o por el contrario quedarse como un valor permanente. En los últimos diez o quince años es la Historia Postal y por extensión el coleccionismo de cartas una de estas ramas de moda e incluso dentro de este gusto por el coleccionismo de cartas ha estallado una autentica fiebre por la caza y captura de piezas con orígenes y destinos raros o por lo menos curiosos. 

Este pequeño trabajo trata sobre una carta que sin lugar a dudas puede enmarcase dentro de  este último tipo de coleccionismo, pero a la vista del frente de la carta no se termina de intuir donde está ese origen o destino raro y/o curioso pues cualquiera podría adivinar que estamos ante una carta con origen en CASCÁIS, pequeña localidad costera portuguesa, y con destino  CADIZ. ¡Es decir nada del otro mundo!.
 
Cuadro de texto:
Muchos coleccionistas no tienen ni la paciencia ni la curiosidad necesaria para entretenerse en leer el texto de las cartas que poseen y en mi opinión cometen un grave error. La simple lectura del texto de la carta nos complementa enormemente el estudio postal de la misma. ¿Cuántas veces la lectura de la fecha se torna materialmente imposible mirando el fechador o incluso lleva estampada una única marca muda y gracias al texto podemos centrar la carta en su fecha exacta o al menos aproximada?.¿Cuántas veces al leer el encabezamiento de la carta descubrimos que se escribió en determinada localidad, generalmente pequeña, y sin embargo los fechadores que aparecen en el frente de la carta corresponden a otro lugar?. 

Pero además esa lectura, aunque no tenga un valor intrínsecamente postal,  permite retrotraerse por unos instantes a otros tiempos ya pasados e incluso olvidados, con su peculiar uso del lenguaje, con las cosas propias y características de la vida de hace más de un siglo y que vistas con la mentalidad actual resultan chocantes o al menos curiosas.
Es un pequeño y a veces delicioso “viaje al pasado” que nos permite adivinar lo increíblemente importante que era el Correo en tiempos en que no había otro medio de comunicación posible al no haber ni teléfono, ni radio, ni televisión, ni e-mail y cuando las distancias eran de verdad infinitas. 
Cuadro de texto:

La mayoría de la correspondencia que se ha conservado hasta nuestros días tiene una procedencia comercial toda vez que los comercios y empresas conservaban dichas cartas como parte de sus archivos mientras que los particulares, por lo general, una vez leída  y contestada tiraban la carta. Hay que reconocer que, salvo honrosas excepciones, los contenidos de las cartas comerciales son poco interesantes, pero a veces uno tiene la suerte de encontrar alguna con contenido de enorme interés en si mismo, unas pocas veces incluso con carácter histórico y en otras ocasiones con un notable interés filatélico.

Como es obvio la explicación al origen o destino raro de la carta mostrada lo encontramos al leer su texto. Allí es donde, nada más abrir la envuelta leemos en su encabezamiento que está escrita  desde la propia mar a la altura del cabo de la Roca y fechada el día 26 de julio de 1.856 (ver imagen superior). Por lo cual resulta que esta carta fue escrita desde un barco que se encontraba en plena travesía.¡Ya tenemos ese origen cuando menos curioso!.
 
Cuadro de texto:

Continuando con la lectura del texto vemos que el autor de la misma, con casi toda certeza el capitán de un  barco que hacía la ruta Cádiz-Liverpool, aprovecha que se ha encontrado con un barco de pesca portugués que se dirige a puerto para entregarle la correspondencia y que sea él quien la deposite en el Correo ganando así muchos días en la recepción de la carta.

 El resto del texto carece de interés filatélico al ser  una misiva eminentemente comercial en la que este capitán explica asuntos a su armador sito en el puerto de Cádiz y al cual pide unas cartas de recomendación. Aunque no me resisto a comentar como explica a su armador la travesía: “ Desde que salí de esa no he tenido más que calmas y vtos del W y son los que hay de manera que estoy fastidiado con no poder hacer el viaje lijero”.  

Pienso que con lo dicho ya hay más que suficiente para trazar la Historia Postal de esta carta y además comprobar que estamos hablando de una pieza con “miga”.
 
Cuadro de texto:  El capitán del pesquero portugués, convertido en “agente encaminador”, arriba al puerto de Cascáis y allí deposita la carta en el Correo. Cascáis es un pequeño puerto pesquero muy próximo a Lisboa.

Es obvio que la carta es echada al Correo sin franqueo alguno lo cual  es correcto en la época ya que en el Convenio Postal entre España y Portugal del 5 de agosto de 1.850 se establece que “las cartas ordinarias… que vayan respectivamente de España e islas Baleares y Canarias a Portugal, Azores y Madeira, o de estos países a España y dichas islas, se expedirán sin previo franqueo, y pagaran el porte por entero en las oficinas de la nación a que vayan dirigidos”.
 
Cuadro de texto:
En esta tarifa se establece el porte de la carta sencilla, es decir la de hasta 4 adarmes de peso o un cuarto de onza española o dos octavas de onza portuguesa, en 1 real de vellón en España y 45 reis en Portugal. Incrementándose en otro real o 45 reis por cada exceso de peso de 4 adarmes o dos octavas de onza portuguesa o fracción.
 

Este convenio se firmó para un plazo de seis años prorrogable por periodos de cuatro años más, hasta que una de las partes hiciera notificación en contrario un año antes de expirar cada término. Esta tarifa estuvo en vigor finalmente hasta el 31 de enero de 1.863.
 
Volviendo a nuestra carta vemos que en  Cascais le estampan un matasellos lineal mudo por lo cual desconocemos el día en que inicia su viaje por el correo portugués. Posteriormente la carta llega a Lisboa en donde le aplican en transito su fechador el día 30 de julio. 

La correspondencia que desde Portugal se dirigía hacia España era transportada hasta Badajoz donde se había establecido el punto de intercambio de correspondencia entre ambas naciones. En el artículo 7º del antes citado Convenio Postal de Agosto de 1.850 se establecía una expedición diaria entre Lisboa y Badajoz.
 

Cuadro de texto:

En Badajoz, al efectuarse el intercambio, le estampan el correspondiente fechador del día 1 de agosto. Desde Badajoz a Cádiz la carta sigue camino por la ruta más habitual en esa época que pasando por  Sevilla  por fin llega a Cádiz el día 7.
 
Cuadro de texto:

En Cádiz le estampan al dorso el fechador de llegada en color azul en el cual no se puede leer la fecha por haberse deteriorado dicho matasellos al abrir la misiva y además le estampan al frente el 1.R. también en color azul como refrendo del importe que tiene que abonar el receptor de la misma y que obviamente es un real de vellón. A destacar que la tarifa en vigor entre España y Portugal desde el Convenio de agosto de 1.850 había establecido un porte muy beneficioso entre ambas naciones idéntico al establecido para  el correo entre poblaciones españolas en ese mismo año.  
Cuadro de texto:
Ahora bien el 1º de noviembre de 1.854 en España se reforma la tarifa postal de forma que las cartas de hasta media onza franqueadas con sellos devengaran 4 cuartos mientras que las no franqueadas con sellos devengaran 8 cuartos. Finalmente el día 1 de julio de 1.856 se establece en España la obligatoriedad del franqueo previo de la correspondencia usando sellos de correos.
 

Aunque la tarifa con Portugal, sobretodo a partir de julio de 1.856, era un poco más cara que la nacional era una tarifa sin duda alguna excepcional, que debería haber potenciado enormemente el correo entre ambas naciones y que sin embargo debió ser muy poco utilizada ya que el Correo que se conserva entre ambas naciones durante el siglo XIX es bastante escaso, muchísimo más escaso que el dirigido a otras naciones de nuestro ámbito como son Francia, Inglaterra o Italia y que tenían además tarifas muchísimo más caras. 

 Cuando el 1 de febrero de 1.863 se firme el segundo Convenio Postal entre España y Portugal el porte de la carta sencilla se establecerá en 6 cuartos y el 1º de  Agosto de 1.867 pasará a valer 50 milésimas de escudo por lo que vemos como de nuevo se vuelve a igualar la tarifa nacional con la tarifa a Portugal. Esto nos demuestra el escaso intercambio comercial e incluso humano existente entre España y Portugal durante todo el siglo XIX y que nos confirma como a pesar de ser  hermanos Peninsulares los lazos entre ambas naciones han sido desde siempre muy lejanos y distantes.

España enormemente vinculada hacia Francia como demuestra el enorme volumen de correo existente con esta nación y Portugal vinculada hacia Gran Bretaña.
 Baste recordar que en el Convenio Postal firmado el 1 de abril de 1.849 entre España y Francia, que estará en vigor hasta febrero de 1.860, se establece el porte de la carta sencilla en 2 reales de vellón es decir el doble del adoptado en 1.850 con Portugal y aun así el volumen de uno y otro correo es absolutamente desigual en beneficio del francés. 

Por eso la Historia Postal es realmente Historia y nos permite, como herramienta auxiliar de la misma aportar datos cuantificables que podrían ratificar o desmentir otros datos históricos más subjetivos. ¿Quién nos iba a decir a nosotros que iniciando un estudio sobre una modesta carta circulada sin sellos  terminaríamos analizando los lazos comerciales e incluso afectivos entre dos naciones hermanas como son España y Portugal?.