Rincón de Julio

LOS MATASELLOS DE LASTAOLA

Lastaola es un caserío guipuzcoano fronterizo con Francia y situado enfrente de un vado que permite cruzar con comodidad el río Bidasoa y que nunca había figurado dentro de la organización española del Correo. Ahora bien esta situación cambia cuando los carlistas la ocupan y por el contrario no son capaces de tomar Irún.

 A partir de su toma, como consecuencia de la caída de Tolosa a finales de febrero de 1.874, poco a poco se va asentando como salida natural de los carlistas guipuzcoanos hacia Francia y en ella establecen su estafeta de intercambio de correspondencia con dicho país. Este intercambio lo  llevaban a cabo cruzando la frontera por el vado y acercando las cartas hasta la localidad francesa más próxima, en donde las depositaban tras haberlas franqueado con los correspondientes sellos franceses.  
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A partir del 18 de mayo se cambia el sistema  al remitirse la correspondencia internacional desde Lastaola hacia San Juan de Luz, donde se había establecido una Administración de Correos carlista con un Encargado a imagen y semejanza del que establecieron los navarros en Bayona. Cuando el 16 de julio de 1.874 el gobierno francés obliga a cerrar esta Administración de San Juan de Luz el Encargado de la Correspondencia pasa a ejercer su cargo desde Lastaola, retornando al viejo sistema tal y como se hacía antes de existir la ya citada Administración de San Juan de Luz.

 El correo dirigido desde el extranjero a la España Carlista era remitido por el Encargado de la Correspondencia en San Juan de Luz a la empresa “Maritorena y Cia” sita en Behovia que se encargaba de encaminarla hasta Lastaola. Cuando el Encargado marcha a Lastaola serán los  propios remitentes de las cartas los que las envíen directamente a estos encaminadores de “Maritorena y Cia”.

 Además en Lastaola también se recibía correo procedente de la España Liberal, sobretodo de las cercanas Irún y San Sebastián, que era acercado sin franquear por medio de “propios” y allí tras añadir los sellos carlistas se echaba al correo. Si hasta 1.874 Lastaola no había existido para el Correo y no había contado con ningún matasellos propio dentro de la Administración Postal Carlista recibe un papel de máximo protagonismo convirtiéndose en Administración de Correos y utilizando hasta tres matasellos propios diferentes.

Estos matasellos al finalizar la guerra no volvieron a utilizarse nunca más ya que este caserío desapareció para siempre de los “mapas postales” españoles.
 La Administración del Correo de Guipúzcoa estableció 11 Administraciones y 3 Carterías de las cuales algunas eran de nueva creación y por tanto carecían de todo tipo de matasellos.
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Para dotar a estas nuevas Administraciones se crearon unos cuños para que fuesen utilizados a modo de fechador y digo a modo ya que por premura de tiempo se simplificó al máximo su diseño eliminando la parte más compleja de fabricar que es precisamente el bloque fechador y colocando en su lugar la palabra CORREOS.

 Para entender este punto es necesario tener en cuenta que el Servicio de Correos Carlista en la zona norte surge a raíz del Convenio Postal de Vergara celebrado el día 15 de noviembre de 1873. En Vergara se decidió que cada Diputación se encargaría de organizar su propio sistema  postal teniendo en común la tarifa, los sellos y las estafetas de cambio entre ellas. Cada Diputación  podía establecer las administraciones y estafetas que considerase oportuno así como crear sus propios matasellos. 

Además se fijó como fecha de arranque del Servicio el 1 de diciembre de 1.873 y es evidente que era muy poco margen de tiempo como para andar haciendo matasellos demasiado complejos. Cuando entre febrero y marzo de 1.874 caen en poder carlista Tolosa, Andoaín, Oyarzun y Lastaola se incorporarían al pedido de estos matasellos. En el caso de Tolosa indicar que no se tiene constancia de que se fabricase oval para ella habida cuenta que ya disponía de matasellos y fechador propio.
 
Cuadro de texto: No conozco disposición alguna sobre la  puesta en vigor de estos matasellos ovales ni de su reparto a las distintas Administraciones, pero se conocen unos cuantos ejemplares del sello azul con los ovales de Lastaola y Deva.  Eduardo Escalada, el gran experto en filatelia carlista, dice en su Discurso de Ingreso en la Academia de Filatelia que ese momento debió ser el verano del año 1.874, pero discrepo aunque sea muy ligeramente de su opinión y pienso que debieron  repartirse algo antes ya que el sello de 1 real azul estuvo en vigor hasta el día 1 de agosto de 1.874 y aunque entra dentro de lo posible lo marcado por Escalada deja un margen de empleo de apenas 30 días e incluso menos ya que en Guipúzcoa se autorizó el uso del sello violeta a partir del 10 de julio ante la falta de sellos azules.

 Demasiado poco tiempo como para que nos hayan llegado tantos sellos cancelados con este matasellos. Reitero que podría ser, pero pienso que lo más razonable es que Guipúzcoa al simplificar tanto el diseño consiguiera tenerlos listos en poco tiempo. 

Sea cuando fuera ese momento de la entrega de los matasellos ovales lo que es evidente es que éste fue el primer matasellos que recibió la Administración de Lastaola y con él cancelaron los sellos además de estamparlo sobre el frente de la carta. No se conoce hasta la fecha ningún ejemplar del real azul cancelado con los otros dos matasellos que estuvieron en uso en Lastaola y esa es la prueba de que el oval fue el primero y que estuvo en solitario un cierto plazo de tiempo.

Cuadro de texto: Algún tiempo después se empiezan a utilizar en Lastaola  dos matasellos genuinamente carlistas que permiten utilizar el oval para marcar el frente de las cartas, pero no se tiene constancia de cómo surgieron, si entregados por la Administración Central del Correo Guipuzcoano o confeccionados por propia iniciativa de la Administración de Lastaola.

Yo me inclino a pensar que fue una iniciativa privada de Lastaola ya que ninguna otra Administración Guipuzcoana presenta matasellos similares.
 Estamos hablando de los matasellos conocidos como Rombo de Grupos de Puntos con Rombo Pequeño en su Interior y el Rodillo de Puntos. 

Desde estas modestas líneas reclamo el rebautizarlos como Rombo de Puntos y Rodillo de Puntos ambos naturalmente de Lastaola.
 Ambos vienen descritos desde muy antiguo en toda la Bibliografía existente sobre filatelia carlista con algún que otro error y en el caso del rombo sin asignarle localidad.

Más adelante hablaré de la enorme influencia que esos errores tuvieron de cara a las distintas falsificaciones que de estos matasellos se han hecho.
 No es tampoco fácil establecer en el tiempo si ambos matasellos entraron en servicio a la vez o bien primero usaron uno y después se incorporó el otro.

Ambos matasellos se conocen cancelando al sello de 1 real violeta que estuvo en vigor desde el día 1 de agosto de 1.874 hasta el 28 de febrero de 1.875. Ahora bien es muchísimo mas abundante el rombo de puntos que el rodillo y por ello me inclino a pensar que se empezó a utilizar bastante antes. De todos modos es evidente que ambos matasellos convivieron en el uso y que no se retiró uno para dar paso al otro.
 
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Mi opinión personal, a falta de material suficiente para hacer un estudio más preciso, es que ambos matasellos  debieron entrar en servicio en la segunda mitad del año 1.874 e incluso podría ser que el rodillo apareciera algo más tarde y además Mais encore une fois, il ne peut etre refuse ces qualites simples ont traite de dessiner dans une legion de joueurs et les supporters de casino en ligne francais internet. debió utilizarse como matasellos suplente o en momentos en que entrase mucho correo y que dos carteros se pusiesen a la vez a cancelar cartas pues es bastante más escaso que el rombo. La prueba de su enorme  rareza es que sólo se conoce una carta con este matasellos y corresponde a un sello de la emisión del año 75.
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         Si analizamos el uso de diferentes  tintas en estos tres matasellos vemos como tanto el Oval y el Rombo se conocen en color azul, rojo y negro mientras que el Rodillo sólo se conoce en color rojo. Al analizar este asunto de las tintas en las cartas conocidas se llega a la conclusión de que en Lastaola utilizaban el mismo tampón para impregnar de tinta los distintos matasellos y así el dúo matasellos-oval por lo general iba en el mismo color.  

Con respecto a las tintas se da la curiosa circunstancia de que en el caso del oval estampado sobre sellos sueltos predomina el color azul y el más raro es el color negro mientras que en las pocas cartas conocidas esta marca se ve más en color negro e incluso  rojo que en azul.

Respecto al rombo sólo puedo decir que se conoce en los tres colores siendo el negro el más abundante, pero hay que reconocer que me resulta muy difícil hablar de este matasellos por el alto número de ejemplares falsos que hay y su difícil detección.
 Llegados a este punto no queda más remedio que hablar de falsos ya que todos estos matasellos han sido falsificados y con especial profusión el oval y el rombo.

Este tema de los falsos es sin lugar a dudas el gran lastre que tiene la Filatelia Carlista a la hora de ocupar el lugar que le corresponde por su rareza, belleza e interés y que le mantiene relegado a un triste segundo plano.
 

Por ello considero interesante el hacer públicas aquellas pequeñas marcas que pueden ayudar, tanto al coleccionista como al comerciante, a identificar los matasellos auténticos de los falsos. Evidentemente las marcas descubiertas también pueden estar sujetas a error o ser incompletas y será al verificar su bondad en un número elevado de sellos cuando podremos ir arrinconando los falsos en beneficio de los auténticos.
 

El matasellos que mejor he podido estudiar es el Oval ya que hay un cierto número de piezas que presentan una excelente estampación y entre todas ellas destaca la carta que con este matasellos muestro para así poder corroborar lo descubierto al estudiar sellos sueltos.
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Los matasellos auténticos presentan muy características las dos erres mayúsculas de la palabra CORREOS sita en la parte central del matasellos y que suele ser visible, con mayor o menor nitidez, en todos los matasellos pues generalmente si una parte del matasellos queda fuera del sello es o su parte superior o su parte inferior pero no su parte central.
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En la imagen podemos apreciar como estas dos erres son diferentes entre sí y sobretodo vemos que los trazos inclinados de las patas derechas son rectos y oblicuos. Los matasellos falsos presentan esas erres muy diferentes y generalmente sus trazos presentan formas redondeadas.

Hay ejemplares poco nítidos que pueden ofrecer dudas, pero no aquellos con estampaciones buenas y por lo general los falsos presentan estampaciones muy nítidas.
 Por ultimo indicar que aunque hay alguna otra marca identificativa  por prudencia sólo explico la más clara y fácil de detectar a simple vista para que todos podamos facilitarnos el trabajo de identificar las piezas auténticas, pero sin descubrir todas las cartas al falsificador y así evitar que pueda corregir su técnica al 100%.  

Pasemos a hablar ahora del Rodillo de Puntos, lo primero es indicar que este matasellos de siempre ha estado mal descrito ya que los distintos autores al hablar de él lo han dibujado como si fuese un rectángulo de puntos compuesto por 7 filas con 15 puntos cada una, Tort incluso le llama Rectángulo de 105 Puntos de Lastaola. Pero esto es un claro error ya que este matasellos no es un rectángulo ya que presenta sus dos extremos redondeados y muy característicos.
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Cualquier matasellos en el que se observe su extremo y no presente ese final redondeado debe ser considerado como falso con muy escaso margen de error, pero como es un matasellos bastante grande hay muchos ejemplares que presentan estampada tan solo su parte central sin que se pueda ver ninguno de los extremos.

Para estos casos he encontrado una marca que nos facilita enormemente su caracterización y se basa en que los puntos que conforman este matasellos no son realmente puntos sino que son rectángulos pequeñitos y además resulta que no todos son iguales.
 

Hay una línea en sentido vertical, que según desde que lado contemos es la octava o la decimotercera, que resulta muchísimo más fina que todas las demás y que es una muestra de identidad clarísima y que siempre he visto en todos los ejemplares auténticos.
 

Por último toca el turno al rombo de puntos que es de largo el matasellos de Lastaola con el que más dificultades me he encontrado. Al analizar este matasellos lo primero que debemos observar son los grupos de puntitos y ver como estos asemejan rombos con un puntito en cada esquina y dejando su parte central libre. Además estos puntitos suelen apreciarse muy nítidamente ya que al ser un matasellos nuevo tenía muy poco desgaste.

 Como este matasello se ha falsificado con profusión hay falsos muy descarados que no ofrecen dudas al respecto ya que al examinar con detenimiento los grupos de puntos  se ven rayas, aspas, cruces o similares y todos esos son inequívocamente falsos. Pero por desgracia otros son realmente difíciles de detectar y no he logrado todavía encontrar una marca inequívoca que me permita distinguir los buenos de los malos. 


Confío en que este trabajo sirva en primer lugar para animar a otros coleccionistas a centrar su atención sobre estos preciosos y curiosos matasellos que harán sin lugar a dudas las delicias de cuantos aficionados a la Historia Postal quieran replantear su colección e incorporar a ellas estos tan injustamente olvidados matasellos carlistas y en segundo lugar facilitar a todos unas marcas identificativas que ayuden a perder ese ancestral miedo ante estos matasellos y así poder arrinconar esa idea de que los matasellos carlistas no se coleccionan simplemente porque son peligrosos, ciertamente es una especialidad difícil pero no mucho más que otras en las cuales también hay numerosos falsos y sin embargo gozan de muchísimo más aprecio por parte de comerciantes y coleccionistas
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