Rincón de Julio

El Eslabón Perdido



INTRODUCCIÓN.

Al igual que en la evolución humana se considera como “eslabón perdido” a ese homínido que, sin dejar de ser un primate del todo, ya tiene en su cerebro o en su corazón esa chispa de humanidad que le hace
Carta circulada desde “el Campo del Honor” al ayuntamiento de Orbiso (Alava) el 25 de septiembre de 1873 escrita y firmada de puño y letra por el Diputado a Guerra de Álava D. Ignacio de Varona. Circulada antes de que existiese Servicio de Correos carlista alguno. Col. Peñas.
diferente y especial, en la filatelia carlista también debe existir ese “eslabón perdido” que en nuestro caso consistiría en una carta dirigida a una localidad que ya sería carlista sin siquiera haber dejado oficialmente de ser liberal.

Los carlistas iniciaron la contienda a finales del año 1872, pero sus partidas se lanzaron al combate siguiendo los principios guerrilleros sin preocuparse de ocupar localidades mientras no se encontrasen en condiciones de poder defenderlas con ciertas garantías.

Ese momento se producirá a primeros del mes de julio de 1873 cuando esas partidas guerrilleras han ido evolucionando hasta constituir batallones que conforman ya un auténtico ejército carlista que empieza a ocupar localidades, gracias al amplio respaldo popular que tenían en el ámbito rural, sobretodo vizcaínas y navarras que van cayendo en manos carlistas como fruta madura, sin necesidad de librar grandes batallas.

En cuanto una localidad caía en sus manos los órganos del Estado Español eran depuestos y sustituidos por los propios de la Administración Carlista, incluido por supuesto el Correo.

La primera carta carlista conocida está fechada el 1º de agosto de 1873 y está circulada desde “el Campo del Honor” al Ayuntamiento de Apellaniz (Alava). No existía aún un servicio de correos carlista propiamente dicho y las cartas eran transportadas por soldados.

Guipúzcoa fue la primera provincia en establecer un servicio de correos para atender sus propias necesidades. Primero para el correo oficial y algo mas adelante acepto también correo particular.

La primera carta carlista conocida con un matasello propio del correo data del 30 de septiembre de 1873 y está circulada desde la guipuzcoana localidad de Villareal de Zumarraga al Ayuntamiento de Olabarria en la que precisamente se explica la puesta en funcionamiento del servicio de correos para el correo oficial en el interior de la provincia de Guipúzcoa y la primera carta particular es también guipuzcoana y data del 5 de noviembre de 1873 circulando entre Azpeitia y Oñate.

Resulta obvio que fue Guipúzcoa la primera Diputación Carlista que sintió la necesidad de organizar su correo y resulta por tanto natural que la reunión por la que se estableció la creación de un servicio de correos carlista común a las cuatro provincias se celebrase en la guipuzcoana localidad de Vergara el 15 de noviembre de 1873. En esta reunión se decidió el empleo y fabricación de sellos de correos y se estableció como fecha de arranque del servicio el 1º de diciembre.

La primera carta que conozco procedente de una localidad carlista con destino a una localidad no carlista data del 17 de octubre de 1873 y fue transportada de forma privada desde Vergara hasta Vitoria en donde tras franquearla con sellos liberales se echa al correo el día 22 rumbo a Zaragoza. Obsérvese el detalle de que esta carta es incluso anterior a la primera carta privada circulada por el correo específicamente carlista.

Carta circulada desde Villarreal de Zumarraga a Olavaria el 30 de septiembre de 1873.

Ahora bien todas estas cartas no pueden considerarse el “eslabón perdido” que antes citaba pues en todos estos casos las localidades de origen ya eran oficialmente carlistas en las fechas en que se escribieron esas cartas, ya que todas ellas fueron ocupadas a lo largo de los meses de julio y agosto de 1873 en esa primera fase de expansión carlista ya reseñada.

Aun nos falta localizar alguna carta anterior a ese mes de julio que nos permita acotar un poco más cual es ese momento en que ya podemos considerar que empiezan a existir localidades carlistas antes incluso de que fueran ocupadas de-facto por su Ejército. Dicho de otra forma establecer una aproximación sobre cual es ese momento en que podemos empezar a encontrar correo dirigido o procedente de localidades carlistas sin que esa localidad haya dejado siquiera de ser liberal de una forma oficial.

EL DOLOR DE UN PADRE.

A continuación muestro una curiosa carta dirigida el 20 de marzo de 1873 desde Peralta a Goizueta, ambas sitas en Navarra si bien están muy separadas una de la otra al estar la primera en la zona sur de la provincia y la segunda completamente al norte.


Aunque posteriormente nos extenderemos en este punto, resulta conviene indicar que en esta contienda el norte y centro de Navarra será territorio carlista mientras que el sur será liberal.

En aquel año de 1873 y dentro siempre de la organización del correo de la España Liberal el pueblo de Peralta tenía categoría de cartería, mientras que Goizueta no tenía categoría postal alguna.



Como podemos apreciar a simple vista la carta está franqueada con un sello de 10 céntimos de peseta con la efigie del rey Amadeo de Saboya que se corresponde con la tarifa ordinaria para cartas hasta 15 gramos de peso y está cancelado con un matasello oval de Peralta, estampado con tinta de color azul.

Estos curiosos matasellos ovalados fueron remitidos en el mes de enero de 1866 a todas las carterías navarras, y sólo a ellas, lo que hace suponer que fue una iniciativa privada del correo navarro (Historia del correo en Navarra. Luis Maria Marín. Pág. 238).


Peralta remitía su correo a través de la cartería de Marcilla, situada en el Ambulante Sur antes conocido como Tudela-Pamplona. Goizueta, por su parte, retiraba su correo de la estafeta de Santesteban que estaba situada en la línea de Pamplona a Irún.

Esto nos permite establecer la ruta completa que esta carta siguió hasta destino, que es la siguiente:

· De Peralta a Marcilla por medio de peatón.

· En Marcilla coge el Ambulante Sur hasta Pamplona.

· En Pamplona hace cambio y coge la línea en coche de Pamplona a Irún y Baztán hasta Santesteban.

· En Santesteban la recoge el cartero de Goizueta que la termina llevando a destino.

Hasta aquí el aspecto postal de la carta que como vemos es en un principio interesante por el matasellos tipo “Cartería de Navarra” que presenta, ya que es un tipo de matasellos bastante raro.

Ahora bien la presente carta conserva intacto su texto y este resulta ser sencillamente espectacular.


Sr. Alcalde de Goizueta.
Peralta 20 de marzo de 1873.

Muy Sr. Mío: Sin tener el gusto de conocer a Vd. me tomo la libertad de dirigirme a V. para ver si puede satisfacer mi curiosidad.

En el encuentro que tuvo Ollo con las tropas el 24 de enero en Aya quedó herido mi hijo que iba con el primero y acabo de saber que fue llevado a uno de esos pueblos. Agradeceré a V. en el alma me diga si se encuentra ahí para ir inmediatamente a verlo. Se llama Jn (¡Juan?) Cruz Oses y Gambarte y es de edad de 18 a 19 años.

Dispense Vd. esta molestia y mande Vd. con entera franqueza a su AF. Y SS.

Firmado Francisco Oses y Mayayo.


Este texto nos habla de lugares, fechas y nombres propios que nos permiten escarbar un poquito en la Historia: Aya, 24 de enero y Ollo.

Carta dirigida a D. Miguel Soria y López, alférez del regimiento Luchana, que formaba parte de la Columna del Coronel Loma. Sello al dorso porque el Ejército Liberal solo tuvo franquicia para el correo que expedía y no para el que recibía. Colección Peñas.

A finales del mes de enero de 1873 el jefe carlista Ollo tuvo que abandonar Navarra cruzando la Sierra de Loquiz hacia Guipúzcoa al ser perseguido muy estrechamente por las columnas de los Coroneles Primo de Rivera y Loma, que también pasaron a Navarra manteniendo su persecución.

A los carlistas guipuzcoanos, a su vez, les hostigaba el brigadier del Amo con los regimientos Luchana y Constitución cuando se unió a ellos el Capitán General de Guipúzcoa, Mariscal de Campo D. Eulogio González Iscar, que deseaba recabar información sobre el estado de la sublevación sobre el propio terreno.

El día 26 de enero el Mariscal Iscar se topó con los carlistas guipuzcoanos en Iturriotz donde la facción del Cura de Santa Cruz se había establecido fuertemente en defensiva. La vanguardia, formada por compañías del regimiento de la Constitución, chocó contra las líneas carlistas sufriendo numerosas bajas. Como los carlistas aguantaban la posición, al atardecer se establecieron tres columnas de ataque mandadas respectivamente por el Capitán General, Del Amo a la derecha y Urdapilleta, jefe de Migueletes, a la izquierda.

Atacada a la bayoneta la facción carlista se retira hacia Aya dispersa en varios grupos perseguidos por los liberales, que se establecen finalmente en Asteasu a donde llegaron a las siete de la tarde. En esta acción se produjeron bastantes bajas y heridos por parte liberal, entre estos últimos se encontraba el propio Capitán General que tuvo que ser evacuado a Vitoria el día 27 a consecuencia de sus heridas.

Mientras, Ollo alcanza Guipúzcoa el día 26 y el 28 se une a la partida de Antonio Lizarraga, titulado Comandante General de Guipúzcoa, para dirigirse juntos hacia Azpeitia donde atacan a su guarnición. Mientras las columnas liberales que les venían persiguiendo se juntan el día 29 en Oyarzun con la columna del brigadier Fernández.

Esto supone que el 29 de enero se encontraban las principales partidas carlistas guipuzcoanas y navarras combatiendo por separado en un espacio de terreno realmente limitado estando rodeadas por importantes fuerzas liberales.


Al darse cuenta de estos hechos el Capitán General ordena a del Amo y a Fernández dirigirse sobre Aya en donde se encontraba establecido en defensiva el cura de Santa Cruz para caer sobre él desde dos direcciones.

Los brigadieres no pudieron llegar a Aya por el temporal de nieve reinante, pero si lo lograron las columnas móviles de los coroneles Primo de Rivera y Loma que batieron al cura de Santa Cruz causándole numerosas bajas y capturando un buen número de prisioneros, además de armamento y material.

Mientras, Ollo, aprovechando que los liberales se lanzaban contra Santa Cruz, logró escapar por el flanco izquierdo de las columnas liberales pasando primero a Deva y de allí a Elgoibar a donde llega el día 1 de febrero para de seguido cruzar los Montes de Salinas y el puerto de Guereñu y así entrar de nuevo en Navarra libre de perseguidores.

Por su parte las partidas carlistas guipuzcoanas de los curas de Santa Cruz y de Orio, más la partida de Soroeta, tras el combate de Aya alcanzan Deva el 2 de febrero todavía perseguidas si bien ya a la distancia por Primo de Rivera y Loma.

Este relato histórico de los acontecimientos es un resumen extraído del volumen II de la Narración Militar de la Tercera Guerra Carlista, obra de 14 tomos escrito y publicado por el servicio de Estado Mayor del Ejército en 1883, que nos desvela como en Aya se produjeron dos combates casi seguidos entre fuerzas liberales y carlistas.

El primero el día 26 de enero al chocar por sorpresa el Capitán General de Guipúzcoa con la partida de Santa Cruz y la segunda el 30-31 de ese mismo mes cuando Del Amo y Fernández reciben la orden de atacar a Santa Cruz desde dos direcciones, estando también Ollo metido en la zona de combate con sus propios perseguidores, si bien quedando fuera de los combates principales y libre de perseguidores al recibir Fernández la orden de caer sobre Santa Cruz.

Aún así vemos por nuestra carta que tuvo bajas en dichas jornadas, pues entiendo que el padre puede equivocar la fecha del encuentro habida cuenta de lo seguidas que están, pero no en el nombre de la partida carlista en la que se encontraba alistado su hijo habida cuenta que la partida Navarra por excelencia era la de Ollo mientras que en esos momentos las partidas carlista mas importantes de Guipúzcoa eran la del temible Cura de Santa Cruz y la de Lizárraga.

En la carta no hay anotación alguna que nos permita saber si D. Francisco tuvo suerte en sus indagaciones, pero no cabe duda que no debieron ser buenos tiempos para tantos y tantos padres que tuvieron a sus hijos combatiendo en esta terrible guerra civil, que aunque hoy está muy perdida en el recuerdo debemos indicar que fue extraordinariamente dura y tuvo un enorme número de bajas por ambas partes.

EL ESLABÓN PERDIDO.

Peralta siempre estuvo en la parte liberal de la provincia de Navarra, pero Goizueta se encuentra en lo que fue el corazón carlista de Navarra.

De hecho en la Narración Militar antes reseñada se cita que a primeros del mes de julio de 1873 el Ejército Liberal apenas tenía 800 hombres en la zona norte de Navarra centrados en defender Elizondo, Santesteban y Sumbilla mientras que la partidas carlistas contaban en esa mismas zona y fechas con más de 3000 hombres lo cual nos da una clara idea de cómo estaba la situación en ese momento en el Norte de Navarra.

Pero la carta que estamos estudiando nos aporta un dato muy interesante en nuestra búsqueda del “eslabón carlista perdido” y es que su Ejército a primeros de año ya hemos explicado que no había podido ocupar localidades por no poder mantenerlas en fuerza y por tanto no podía tratar adecuadamente a sus heridos, cuando éstos se producían, al llevar una vida guerrillera que les hacía permanecer en continuo movimiento aprovechando las zonas montañosas por lo que no les quedaba otra solución que acercar sus heridos a localidades pequeñas sitas en zonas donde sabían que su población les era absolutamente fiel, como era sin duda el pueblo de Goizueta y eso ya lo sabían en el mes de marzo de 1873 incluso los navarros de a pie que vivían en la zona más liberal tal y como nos demuestra la carta del Sr. Oses.

De hecho considero que cuando Don Francisco Oses decide ponerse en contacto con el Alcalde de Goizueta lo hace en la inteligencia de que no está hablando con una Autoridad de la España Liberal, sino que más bien lo está haciendo con una Autoridad de esa España Carlista que aunque no existe de una forma oficial ya empieza a existir de una forma clandestina.

Es una auténtica lástima que en la carta no haya alguna anotación manuscrita relativa a la suerte del muchacho porque de ser así ya podríamos detener nuestra búsqueda del “eslabón perdido”. Aún así considero que con esta carta ya hemos conseguido acotar bastante ese espacio temporal posible rebajando del mes de julio al mes de marzo su posible existencia.

EL DOLOR DE OTRO PADRE.

Hemos hablado del dolor de ese padre de soldado carlista y no quisiera abandonar este tema sin mostrar el dolor del otro lado de la moneda: el llanto por un soldado liberal.

Para ello os muestro un precioso sobre que, aún sin conservar la carta que contenía en su interior, nos da pistas más que suficientes para saber que era lo que en ella ponía.

Si os fijáis bien podréis apreciar dos detalles fundamentales:

Sobre de luto dirigido desde la Comandancia de artillería del Primer Cuerpo de Ejército del Ejercito Liberal a Jerez de la Frontera. Al dorso fechador de llega del mes de octubre de 1875. Col. Peñas.

1º/ La carta está escrita con un cuidado y letra exquisita propia de un escribano “de los de antes", que incluso trazo a lápiz líneas rectas para no torcerse y que aunque están borradas al observar con detalle la carta se aprecian.

2º/ La carta presenta en todo su contorno una franja de color negro que en la época reflejaba luto.

Es a la vista de estos hechos donde podemos suponer el lado humano de esta misiva.

No cabe duda que D. Manuel Fartabú tenía un hijo combatiendo como artillero en alguna de las unidades del Primer Cuerpo de Ejercito del Ejercito del Norte y de pronto recibe "la carta"… esa carta que ningún padre de militar desea recibir y la abrió con la impaciencia propia de tal situación.

Luego conservó esa carta durante toda su vida como un último recuerdo de ese hijo en una época en que las fotografías eran algo extraordinario.

Vaya desde aquí mi más sincero recuerdo a todos aquellos que en un momento u otro dieron su vida en nuestras tristes y terribles guerras civiles en el deseo ferviente de que nunca más se levanten armas entre españoles.



Julio Peñas Artero
octubre de 2006