Imagen de la Semana

Las mejores imágenes del Año. Los dientes de Carmen (Edifil 491ic)

Escrito por Julio Peñas Artero.

Este es el nombre con el que bautice la pieza que a continuación os muestro, porque la descubrí gracias a las noches toledanas que mi hija mayor nos dio cuando le salieron los dientes.

  Entre llanto y llanto decidí darle la vuelta a todos los sellos de mi colección porque acababa de descubrir un modesto sello de la II República que tenía al dorso una tenue imagen de si mismo y al mirar el Edifil especializado descubrí que existían unos sellos conocidos como “calcados al dorso”.

  En esa época estaba iniciándome al coleccionismo y estaba adquiriendo cajas de sellos y clasificadores sin importarme en exceso lo que en ellos hubiera, por lo que tenía muchos sellos. Muchísimos más de los que tengo ahora.

  De pronto di la vuelta a una pareja de sellos nuevos de 5 céntimos de la última emisión del rey Alfonso XII y descubrí que al dorso tenía una extrañísima imagen que me resultaba familiar por tener un par de sellos de Guinea similares en mi colección de colonias.

Fui al especializado y descubrí que estaba catalogado: es el sello 491ic.

  Con el tiempo lo envié a certificar a Graus (año 1998), lo más importante para mi no fue que lo certificara como “pieza de extraordinaria rareza” sino que me comentó que era la primera vez que veía este sello en estado nuevo y además era la primera vez que lo veía en múltiple. Me dijo que anteriormente sólo había visto dos ejemplares sueltos usados.

  Por eso el Edifil Especializado sólo lo cataloga en usado, a un precio relativamente elevado (169 euros en la edición del 2005) pero a mi entender irrisorio ante su grado de rareza pues he visto en exposiciones las colecciones de Alfonso XIII que en ellas se han presentado y nunca he visto que tengan este sello. Tampoco he visto nunca subastar un ejemplar de esta variedad en estos últimos 10 años.

  Los calcados al dorso se producen porque a veces al fabricar sellos se podía pasar la máquina sin que hubiera papel en la misma y entonces la tinta se estampaba en la parte inferior de la maquina y luego al pasar la hoja de papel siguiente se estampaba el sello en la cara superior y la tinta que había quedado por error en la parte inferior impregnaba el dorso de esa hoja. Lo normal es que los sellos calcados presenten su propia imagen al dorso.

  Esta rarísima variedad se produjo porque estuvieron fabricando sellos de guinea y al acabar de imprimirlos se produjo esa pasada sin papel que antes explicaba. Luego hicieron los cambios necesarios para empezar a fabricar sellos de 5 céntimos de la emisión general de España y como estaba en la parte inferior la pasada del sello de guinea que estaban fabricando antes durante tres o cuatro hojas se fue produciendo la imagen calcada al dorso. En la primera hoja con mayor nitidez, en las siguientes cada vez con menor nitidez hasta que a la tercera o cuarta ya no quedase rastro alguno de tinta en la parte inferior de la maquina.

  Por la claridad con que se ve la imagen en la pieza que os muestro esta hoja, la C-274.634, bien pudo ser la primera hoja en que se produjo la variedad. Las hojas de estos sellos eran de 200 ejemplares por lo que no existieron más haya de 600 ejemplares, 1000 a lo sumo con distintos grados de calidad en la estampación de la imagen calcada.

  Hablamos de una variedad real, no de algo que salió por la puerta de atrás de la fábrica y que se repartió a cualquier estanco de nuestra nación para el consumo ordinario, no al consumo coleccionista, de ahí que apenas se conozcan ejemplares de esta variedad y que hasta mi pieza sólo se conociera en usado. A ese estanco en el año 1930 o 1931 se debió personar un coleccionista que pidió dos sellos y los pego en su álbum. ¡Que Dios le bendiga!

  Esta es la pequeña historia de este sello que, gracias a los dientes de mi hija Carmen, me permitió cumplir ese pequeño sueño que tenemos todos los coleccionistas de descubrir una pieza inédita.    

 

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