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1ª Más votada 18/19 - Ajedrez postal

Escrito por José María Raya Sánchez.

Ya está todo en internet…. Cuando uno busca “ajedrez por correspondencia” le salen multitud de referencias, incluida una de Wikipedia que define esta modalidad de juego de ajedrez como aquélla que consiste en que los jugadores transmiten sus movimientos a través del correo. Existe incluso una institución encargada de organizar eventos de estas características: la International Correspondence Chess Federation (ICCF). En el pasado, esta modalidad de juego provocaba que las partidas se pudieran eternizar, alcanzando años. En la actualidad se prefiere disputar las partidas a través del correo electrónico, lógicamente más rápido, de hecho casi instantáneo.

Pero volviendo al ajedrez postal, parece ser que ya en el siglo XVII se empezó a utilizar la correspondencia para disputar partidas. En los siglos XIX y XX esta fue una manera bastante popular (no digamos en absoluto frecuente) en la que los aficionados medían sus fuerzas con jugadores ilustres, con los que, de otra forma, no se podrían haber enfrentado nunca.

Traigo a esta sección del Ágora dos enteros postales que sirvieron de soporte para entablar una partida entre un jugador residente en Gijón (Juan Francisco Rodríguez) y otro en Burdeos (Dr. E. Imbaud), uno salido el 17 de junio y otro el 3 de octubre, ambos en 1922. Creo que el remitente (que jugaba con fichas blancas) podríamos pensar que es el aficionado, pues por aquella época un tal Paul Imbaud era considerado un maestro. Es famosa la partida por correspondencia entre Imbaud y Strumilo, en el mismo año en que circulan estos enteros postales, es decir, en 1922. Si bien debo decir que el destinatario es el Dr. E. Imbaud, y, por tanto, no sé a ciencia cierta si se trata de la misma persona.  

 

En el primer entero postal se explican los movimientos de piezas 26 a 28, mientras que en el segundo ya van por el 41 a 43. Es decir, en 3 meses y medio se avanzaron solo unos 15-17 movimientos, lo que hace suponer que antes, entre medias y después, tuvo que haber más enteros postales, hasta llegar finalmente al “jaque mate”.  

Desde un punto de vista meramente postal, también resultan interesantes estas piezas, pues ambos enteros postales requirieron de franqueo complementario (diferentes combinaciones) para completar los 25 céntimos de peseta necesarios para Francia.

¡Saludos desde Santa Cruz de Tenerife a los amigos del Ágora!

 

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