Temática

Una Carta Precursora



Mi interés en este tema aparece a partir de una carta prefilatélica de época medieval, (siglo XV) de origen valenciano, que llega a mis manos hace unos tres años, cuyos datos más adelante ampliaré y que cuando empiezo a intentar averiguar y estudiarla me hace ser consciente de la poquísima documentación y estudio postal de esta época.

El hecho se me confirma, leyendo una conferencia de D. Fernando Alonso, académico de la Hispánica de Filatelia que en su propuesta de nuevos periodos de la Historia Postal, coincide en la misma apreciación.

En el cuadro sinóptico siguiente me atrevo a modificar el del autor citado en elpárrafo anterior y que aquí completo y clasifico con la situación actual de los Estudios sobre Historia Postal. (1)

Periodos Duración Tiempo Estudios en 2006
Postfilatélico 1979 (2) - 2006 26 años En realización
Filatélico 1850 - 2006 156 años Avanzados
Prefilatélico contemporáneo 1756 – 1853 (3) 97 años Situación media
Prefilatélico moderno con estafetas ¿1560? - 1756 196 años Comenzando
Prefilatélico moderno sin estafetas 1461 - 1559 99 años En estadio inicial
Prefilatélico medieval ¿760? - 1461 701 años En los albores


Entre las primeras necesidades del ser humano está la de comunicarse en la distancia y transmitir sus necesidades, sus sentimientos, sus órdenes, sus experiencias, etc. En algún momento una vez pasada la fase de simple transmisión mediante comunicación oral se adentra en la comunicación escrita.

El primer escrito conocido, de tipo ideográfico, se remonta a los sumerios en Mesopotamia sobre el 3000 a.C. Varios centenares de años después los egipcios se aproximan a la transferencia fonética mediante la escritura jeroglífica.. En edades posteriores aparecen las transmisiones mediante los sistemas ideo silábicos en las zonas del Índico, la Asia China y el Egeo. Las primeras escrituras conocidas donde aparecen alfabetos aparecen sobre los años 1400-1300 a.C. se datan en Siria y son escrituras de cuñas similar a la de tipo cuneiforme mesopotámica.



Hasta esas fechas casi todas las comunicaciones a distancia se efectuaban mediante transmisión oral, utilizando la memoria y la repetición. Uno de los ejemplos más conocido es el de la comunicación del resultado de la batalla de Maratón, s. V a.C.: el general ateniense Milcíades, envía al soldado Filípides a anunciar la victoria sobre los persas en lo que fue la última guerra médica, este soldado después de recorrer a pié los 40 km que separaban ambas ciudades y tras anunciar “Alegraos atenienses hemos vencido”, murió agotado por el viaje.

Pero fueron los griegos quienes recogiendo la idea fenicia, separaron vocales de consonantes, creando la escritura de tipo silábico tal como la conocemos hoy en día.

Ir hacia atrás en el tiempo, tratando de llegar a los correos primitivos en España y más concretamente en la zona de la actual Comunidad Valenciana, aún no se ha hecho hasta donde yo puedo alcanzar.

Las primeras pruebas de su existencia aparecen en la época romana (siglos II III a.C.), como consecuencia de la necesidad de comunicación de la provincia Hispania con la “central” Roma y gracias a las grandes infraestructuras de ingeniera que supusieron las calzadas, aunque su aparición seguro es anterior. El “correo” se hacia con jinetes de la milicia y/o carros y se circunscribía a “lo oficial”.

El eje de comunicación principal lo constituía la Vía Augusta, (calzada romana principal de la que aun se conservan algunos vestígios), que desde Francia (Las Galias), discurría por Barcelona, Valencia, Játiva, Elche y finalizaba en Cartagena.

El “correo privado” practicamente no existía y sólo era posible mediante favores de los mercaderes o mediante esclavos.

Los inmediatos pobladores, los visigodos, respetaron tanto la parte administrativa como los ejes de comunicaciones anteriores, y ya se introdujo el carruaje “oficial” como auxiliar del transporte de correspondencia simultaneándolo con el de jinetes y personas a pié.

El dominio de la dinastía árabe se inicia junto con la propia Reconquista, en el siglo VIII. El propio y lento desarrollo de la Reconquista da lugar a la aparición de multitud de Monasterios y Castillos diseminados por toda la geografía, que como hitos de la resistencia, necesitaban de gran comunicación, la correspondencia entre Castillos y la Corte sería el equivalente de la correspondencia “oficial” y se encargaba a jinetes militares, reposteros o personas de confianza, mientras que la existente entre los Monasterios llevada a cabo en su mayor parte por los propios monjes serían los albores de la correspondencia “privada”.

Situados en plena Edad Media, y en plena Reconquista, Jaime I, una vez conquistada Valencia, envía mensajeros a los nobles de los castillos para la formación de las primeras Cortes Valencianas. Esos mensajeros fueron llamados troters o correus. Los troters no necesariamente eran mensajeros a caballo como erroneamente se cree, de hecho troter deriva de trot (trotar) (4).

El auge conquistador y la enorme expansión territorial de Jaime I, forzó a establecer un sistema de correo real con 3 rutas principales de tipo radial, con centro en Barcelona partían una hacia Valencia, otra hacia Zaragoza y la tercera hacia Perpiñan.

Los soportes de los diferentes tipos de escritura “postal”, fueron igualmente progresando desde la escritura en piedra, madera, tablas de barro, telas, pasando por el papiro, la vitela (5), el pergamino, hasta llegar al papel actual, incluso hoy día al silicio en los discos duros de nuestros ordenadores.

Del papel se cree que su nacimiento fue en China hacia el año 150 a.C. inventado por Ts`ai Lun jefe de los eunucos del Emperador de China y aún siendo un soporte ideal por su poco peso y volumen tardará mucho en popularizarse su uso. Hay constancia de su aparición en Egipto alrededor del 800, pero no se fabricó allí hasta el 900 en forma de papiro. El papel más antiguo conservado se fabricó con trapos alrededor del año 150. Durante 500 años, la fabricación de papel estuvo circunscrita a China; sobre el 610 se introdujo en Japón, y alrededor del 750 en Asia central.

El papel en Europa aparece sobre el 1400 pero es sobre todo a partir del año 1450 cuando Gutenberg inventa la imprenta, cuando se populariza su uso, sustituyendo definitivamente al pergamino.

También la época medieval fue testigo de la aparición de las tintas similares a las modernas. Fueron los monjes medievales auténticos artistas de la transcripción de libros y Códices los que se interesaron también en la elaboración de nuevos compuestos químicos para perfeccionar la fabricación de tintas, e inventaron así la llamada tinta ferrotónica, perfeccionada en el siglo XVIII, mezclando ácido gálico con sulfato de hierro.

Traigo aquí como ejemplo de precursor una carta cuya imagen muestro, está datada en Valencia el 1 de Julio de ¿1.421? el soporte es un papel muy primitivo, al tacto es casi fibra de algodón. La conservación es deficiente y parece haber sufrido humedades en la esquina superior derecha. Está escrita en valenciano/catalán antiguo, con una perfecta y bella caligrafía.



La carta es unos 80 años anterior al nombramiento de Francisco de Tassis como Correo Mayor de Postas, (Mayo de 1.500), por el Rey Felipe I. En cualquier caso tendríamos que empezar por averiguar, si la fecha que consta es real referida al calendario actual, dado que sobre estos años es en los que se simultanean fechas fijadas con el calendario Juliano y otras con el calendario Gregoriano, extremo no demasiado complejo de investigar.

De confirmarse definitivamente su año estaríamos ante una carta circulada durante el reinado de Alfonso V el Magnánimo (1416-1458), siendo hoste valenciano en esos días Ramón Barreda que desempeño su cargo desde 1418 hasta 1449., hoste o correo perteneciente a la primera Cofradía de Correos, conocida como la Cofradía Marcús.

Esta cofradía nació con un carácter gremial para comerciantes, y fue llamada Cofraría dels correus a cavall, (Cofradía de correos a caballo), la sede se fijó en las afueras de Barcelona, en la capilla de un hospital construido en el s. XII, bajo el mecenazgo del comerciante Bernat Marcús, Esta capilla todavía hoy se conserva, en la calle Carders esquina a Moncada, llamada Plazuela de Marcús.

En la imagen del dorso de la carta se puede observar que el documento ha sido recortado de su tamaño original en sus 4 márgenes, manteniendo sólo una pequeña parte del nombre del destinatario, cuidando únicamente no dañar el contenido y olvidándose de la importancia histórica del frontal, probablemente con la idea de enmarcar para su conservación como documento curioso dada la belleza de su caligrafía y que probablemente sea la razón por la que haya llegado hasta hoy. Aunque en algún momento se guardó doblada, se conserva desplegada.



Sobre el siglo XV la mayor parte de la comunicación escrita se circunscribía a lo político y lo militar, estando en sus comienzos la correspondencia mercantil. Por ello esta debe de ser una de las pocas cartas privadas, de tipo mercantil, que se conservan, Por lo poco que se puede transcribir del contenido parece que el remitente es un comerciante de telas y trata de algún tema comercial. Seria necesaria una trascripción paleográfica del texto, así como su traducción al castellano lo que permitiría una mejor documentación de la misma.



En la imagen se aprecia un “misterioso” refuerzo del mismo material de la carta adherido a esta y con un taladro central.

Puestos a analizar los indicios y a tratar de hacer deducciones, bien podría ser que ese taladro y su refuerzo fuesen el orificio por el que se pasaban los cordeles que ataban las misivas enrolladas a la rótula (6) y al que posteriormente se le aplicaba el sello de oblea (7) estampado con el escudo o iniciales del remitente, para hacer inviolable la correspondencia, durante el transporte, al portador de la misma. De hecho se aprecia el relieve que ha quedado de la estampación.



Es muy significativo el adjetivo que se le da a la situación actual de los estudios postales de la época medieval: en los albores. Los documentos postales de este periodo junto con los del siguiente denominado prefilatélico sin estafetas, son a los que yo denominaría como precursores. (8) Probablemente esto es lo que me ha hecho pararme en este periodo tan sugestivo y desconocido de la Historia Postal.

La mayor dificultad, (afortunadamente), para adentrarse en los estudios de este periodo, radica en conseguir piezas de estudio, ya que a las pocas que existen hay que añadir que en su gran mayoría se encuentran en archivos públicos y bibliotecas privadas, y conservadas básicamente por su valor histórico más que por su interés postal.

Notas
(1) Incluido en el cuadro el nuevo periodo postfilatélico solapado con el próximo a finalizar filatélico y actualizado al año actual.
(2) A falta de que se convenie la fecha de aparición del periodo postfilatélico doy como comienzo del mismo, el año 1979, con la aparición del primer sello de valor variable, la famosa etiqueta Frama SG-15, emitida el 17 de Diciembre del mismo año.
(3) La introducción del periodo prefilatélico contemporáneo hasta el año 1853, se hace en función de la coexistencia de documentos pre y filatélicos en el periodo 1850/53 hasta la obligatoriedad del franqueo con sellos adhesivos. Los cambios de época nunca son a fecha fija teniendo que dejar horquillas de coexistencias para la adaptación a las nuevas normas.
(4) Trotar: Según la 3ª acepción del Diccionario de la RAE: (coloq.) Dicho de una persona: andar mucho o con celeridad.
(5) Vitela: Piel de vaca o ternera pulida que sirve para pintar o escribir en ella.
(6) Rótula: cilindro de madera o metal, al que se enrollaban los documentos para su conservación y/o transporte y que se aseguraban mediante cuerdas, cintas o hilos con sellos estampados.
(7) Sello de oblea: disco de metal, cera o lacre que convenientemente estampado, se unía, pendiente de hilos, cintas o correas a documentos de importancia, asegurando su inviolabilidad.
(8) Precursor: Que precede, que va delante, por ello así lo denomino, van delante de los sistemas postales “ordenados”.
(General) Los datos históricos del artículo están extraídos del libro “El Reino de Valencia y sus Correos” de Francisco Susarte Molina.

Julián Garrote Mancebo (Julián)
Junio de 2006