- Detalles
- By José Miguel Aguado (Bachius)
Hay tres motivos por los que le tengo un especial cariño a la serie de sellos de la Cruzada contra el frío, el primero porque parte de la misma la grabó mi admirado y querido Blas Pérez Irujo, el segundo porque gracias a ella conocí el Ágora de Filatelia y me hice socio de AFINET y el tercero y no menos importante, porque me dio la oportunidad de conocer a una persona que en tan solo tres horas me hizo cambiar la visión que tenía sobre la filatelia y el coleccionismo de sellos.
En mi intento de profundizar mas sobre la figura de Pérez Irujo y tras algunos fracasos, empecé a navegar por la red en busca de algún dato que tal vez se hallara escondido en las profundidades de algún recóndito foro y por casualidad di con el Ágora de Filatelia, donde pude leer el hilo abierto por Luis Pérez sobre la Cruzada contra el frío; seguidamente visité la maravillosa pagina Web que tiene abierta sobre el tema y finalmente pudimos hablar por teléfono.
Nada pude avanzar sobre Irujo en mis conversaciones telefónicas con Luis, no obstante esto nos dio la oportunidad de conocernos personalmente hace un año en Sant Boi, la ciudad donde vive. Después de comer, en los postres, estuvimos viendo la colección de pruebas y diseños que tengo de Irujo y Luisico fue capaz, con sus palabras, de cambiar la perspectiva que había tenido de la filatelia hasta el momento. Aún recuerdo cuando cerró el álbum en sus manos y lentamente me dijo: “es como si hubiera estado en el Museo del Prado, pues piensa que estas obras de arte las tuvo el autor en sus manos”.
Os presento pues, en la imagen de la semana, una de las “obras de arte” que diseñó Irujo para la Cruzada contra el Frío, pero que no fue adoptada finalmente. Que yo sepa solo existen dos conocidas, una en color negro que es de mi propiedad y la otra en color marrón que os resultará fácil saber quien la tiene. Abrazos baturros.
Vuestros comentarios y opiniones pinchando aquí
- Detalles
- By Evaristo Alfaro (Alfareva)
Mucho tiempo llevo dándole vueltas al tema de la “Imagen de la Semana”. Yo colecciono, especialmente, libros y publicaciones por lo que me parecía muy inoportuno poner la imagen aburrida y monótona de un libro. El caso es que, buscando entre las cosas varias que atesoro, encontré el sobre monedero que reproduzco más arriba. Hoy en día, todos sabemos sacar dinero de los cajeros automáticos y enviar dinero a distancia, mediante el giro nacional (antes llamado postal y telegráfico), empresas de envíos de dinero o transferencias bancarias.
A finales del siglo XIX estos sistemas no existían y el servicio de giro postal cesó de prestarse por las Oficinas de Correos por Real orden del 1.º de abril del año 1856 y no volvió a reorganizarse hasta la Ley de Bases de 14 de junio del año 1909, que posibilitó que se inaugurase, de nuevo, el servicio el 1.º de agosto del año 1991.
Entretanto, la necesidad de envío de dinero entre las gentes más humildes era acusada ya que las más pudientes podían servirse de sus propios mensajeros o pagarés emitidos a su favor.
Debido a lo anterior, se publicó (en la Gaceta de Madrid del 01/12/1899) el Real Decreto del 30/11/1899 mediante el cual (desde el 01/02/1900) se autorizó el envío por el correo, con la garantía del Estado y sin limitación de oficinas, de valores en metálico, que declarará el expedidor, hasta la cantidad e 50 pesetas en cada envío. El franqueo de estos envíos era correspondiente a una carta sencilla por cada 60 gramos o fracción más el derecho de certificado.
Como consecuencia de la autorización anterior y parta evitar posibles pérdidas de monedas enviadas en sobres normales, se inventó el sobre monedero cuyo modelo reproduzco, aunque supongo que existiría algún modelo más. Con independencia de las advertencias exteriores del sobre, bastante ilustrativas, por cierto, no puede dejar de indicar las instrucciones para su uso que aparecían en una pequeña nota inserta en su interior. Decía así:
Colocadas las monedas en los diferentes huecos, según su calibre, se introduce el cartón en el sobre, y humedeciendo la solapa, se cierra.
Se escribe la dirección en el anverso, y en letra y guarismo, la cantidad que el sobre contenga, que no podrá exceder de 50 pesetas; se cruza el precinto anudándole en el reverso después de cruzado, y sobre el nudo se colocará el sello de lacre.
FRANQUEO.–El sobre monedero se expende al precio de 25 céntimos, y no satisface derecho de seguro. Debe llevar únicamente, en sellos de Correos, 15 céntimos de peseta por cada 60 gramos de peso o fracción de 60 gramos y el derecho de certificado, o sean 25 céntimos más, también en sellos (1).
CIRCULACIÓN.–El sobre monedero circula como certificado, con la garantía del Estado, por la cantidad declarada. En tal concepto debe admitirse en todos los pueblos de España, Islas Canarias, Baleares y costa de África, y puede remitirse igualmente a todas partes, sin excepción.
Donde no haya Administración de Correos deberán certificar los peatones y carteros rurales.
(1) Está acordada por las Cortes la rebaja del franqueo a 35 céntimos, cualquiera que se el peso, y en breve empezará a regir esta tarifa.
Madrid, 1.º Julio 1909.
Me gustaría ver otros ejemplos de sobres monederos.
Vuestros comentarios y opiniones pinchando aqui
- Detalles
- By Raimundo Almeda Candil
Esta carta, tiene como especial valor para mí, que fue la primera que adquirí de Gran Bretaña. Por aquel entonces, yo sólo coleccionaba sellos nuevos de Gran Bretaña, y otros tres países europeos más. No sé por qué, pero me subyugó. La compré y a partir de entonces, me dediqué al coleccionismo del sello usado del Imperio Británico. Con el tiempo, fui cancelando todas las suscripciones de sellos nuevos que tenía con las administraciones de correos de cada país. Muchos secretos guarda todavía ésta carta y por eso me gusta.
La carta-envuelta se escribe en una localidad cercana a Salisbury, que no he sabido identificar , pues en general la escritura es bastante difícil de interpretar, al ser ésta cruzada y con una letra endiablada.
Es en Salisbury, el 12 de Abril de 1851, donde se le ponen dos fechadores de llegada de media luna doble de color azul, pero de diferente tamaño.
El sello, el chelín verde claro, número 54 del catálogo Stanley Gibbons, está matasellado con el óvalo horizontal barrado numeral “683”. Tiene una marca circular roja a su paso por El Cabo, del 14 de Mayo de 1851, 33 días después de su paso por Salisbury. No tiene fechador de llegada en Santa Helena.
Al frente, el remitente, un tal M.I.Philipp, escribe “Per packet. Via Cape of Good Hope April 11th 1851”. Va dirigida a C (Christopher) Maxwell Vroch, y a continuación pone Esq, diminutivo de Esquire, que se utilizaba en la época como sinónimo de señor.
Santa Helena, está a unos 2.800 km frente a las costas de Angola, y a unos cuantos más del Cabo, lugar remoto donde los haya, y más en esa época. Sólamente superado por otra de las islas que conforman el Territorio de Ultramar de Santa Helena, la dependencia de Tristán da Cunha.
Debido a su inaccesibilidad, Santa Helena sirvió de prisión para muchos prisioneros de guerra, entre los más ilustres Napoleón, que allí murió encarcelado en 1821.
Vuestros comentarios y opiniones pinchando aqui
Más artículos…
Página 113 de 137

